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jueves, 17 de agosto de 2017

BTT en el Pirineo: Valle de Gistaín

Sábado 5 Agosto 2017
Nando del Pozo,
Circular BTT: San Juan de Plan (1.118 m), Gistaín (1.378 m), Collado de la Cruz de Guardia (2.100 m), Collado de Pardinas (2.261 m), Plan de Mozarro, La Sargueta, San Juan de Plan (1.200 m)
34 km, 1.100 m positivos


La previsión hablaba de tormentas, y lluvias generalizadas. El plan original de ir a escalar por Francia en la zona de Gavarnie quedó pospuesto. Llevamos los trastos de trepar, pero añadimos las bicicletas por si acaso. Conforme viajábamos, en la cabeza ya se afianzaban los objetivos: sábado ruta BTT que Nando ya tenía planteada hace tiempo por la zona de Gistaín, y al día siguiente, si se podía, intentar una cumbre de tresmil (que nosotros ante todo somos montañeros): aquí estaba el Culfreda o el Bachimala como opciones.
El viernes llegamos bastante tarde al camping, apurando la hora de corte. Pero aún nos pudimos tomar una birra en la terraza después de instalarnos. Mientras nos comíamos una empanada viendo el mundial de atletismo en pantalla gigante. Esto a las once y media de la noche y con una temperatura agradable después de los treinta y cinco que alcanzó el termómetro esa tarde. Vivan los campings españoles.
Amaneció azul aunque con nubes veloces circulando. Hacia las siete y media estábamos desayunando sigilosos.
El trayecto de coche hasta San Juan de Plan fue breve. En seguida estábamos preparando las bicicletas y las escuetas mochilas: chubasquero y cuatro cosas de comer.


Salimos cuesta arriba desde el primer metro: en 2.5 km de asfalto remontamos 250 m hasta Gistaín. Desde aquí abandonamos el asfalto para el resto de la jornada: tomamos una pista a la derecha que nos saca del pueblo hacia el mirador de la Cruz de Puyadase. Aprovechamos aquí para rellenar bidones, que el sol cuando sale aprieta de lo lindo y uno nunca sabe lo que le va a deparar el día.
Seguimos remontando un tramo de bosque en el que agradecemos la sombra. La pendiente diría que es más suave que antes en el asfalto. Subimos serpenteando hacia un valle redondeado, de amplios prados salpicados de cabañas. Es idílico (cuesta arriba, pero idílico).
La pista no da tregua, pero tampoco tiene repechos, casi siempre nos sobran dos o tres piñones y eso es señal de que no estamos apretando. El cielo se cubre a ratos, y las nubes que vienen del Este son cada vez más densas y oscuras. Todo apunta a que vamos a mojarnos.




Vemos aparecer por encima a dos tíos en bici bajando veloces. Cuando nos cruzamos nos dicen que viene del collado de la Cruz. Luego sabremos cuál es, a menos de la mitad de nuestro recorrido de hoy.
Empieza a gotear. Luego empieza a ser más que gotear. Llueve. No obstante, con el calor que hace, hasta se agradece. No ponemos la chupa. Seguimos remontando la pista, que sigue ganando metros de manera continua. Pasamos el collado de las Fuens, donde nuestra pista desvía a la derecha. De frente baja a otro valle que parece tirar hacia Plan.
Ha parado de llover y está cubierto, así que el calor afloja y vamos hablando sin parar. Llegamos al cabo de un rato al collado de la Cruz de Guardia. Aquí llevamos 1000 metros de desnivel directo.


Las vistas son muy chulas: las cumbres de delante, Punta Maristás y Pico de L´Orbar invitan a su ascensión. Hacia Poniente, todo el valle de Pineta, espectacular, con su cascada al fondo que se identifica claramente a pesar de la distancia.

Encima el grupo del Perdido, donde íbamos a estar hoy escalando, está cubierto con una gran nube enganchada. Girando hacia el norte y el este, un montón de cumbres que Nando me va identificando. Más cerca, Punta Suelza, y a su derecha se intuye el collado al que tenemos que subir para dejarnos caer dirección Biadós.

Continuamos por la pista ahora casi llana. Al cabo de un rato la abandonamos para remontar caminando por la ladera con objeto de ganar el collado de la forma más suave posible. Son unos veinte minutos en los que apenas ciclamos algún tramo, pero no se hacen duros.


En el collado de Pardinas (2.261m) sopla viento fuerte y hay un pastor eléctrico a sortear. Es nuestro punto más alto del día. Nos tiramos a comer algo y disfrutar las vistas: un buen rebaño de vacas, el primero que vemos en todo el día, pasta tranquilamente por debajo de nosotros.


La bajada en el primer tramo es algo trialera, con hierba alta, huecos y alguna piedra. Hay bastantes madrigueras de marmotas. Una vez conseguimos bajar hasta el plano del valle, llamado Plan de Mozarro, tomamos unas huellas de  todoterreno en el prado que nos llevan veloces ya hasta una solitaria cabaña.


Nos encontramos aquí a otro grupo de beteteros que vienen haciendo una ruta similar pero en dirección contraria. A partir de este punto, la pista es buena, ancha y nos deja bajar rápido. El sol está saliendo de nuevo y aprovechamos para darnos un chapuzón en una poza el arroyo.


El agua no está nada fría para ser un regato de montaña. Renovados con el baño seguimos para abajo.
Vistas preciosas, valles, cumbres, cascadas… Llegamos así a la pista de Biadós desde donde emprendemos el tramo final hacia el coche, siembre bajando ya.



Gran ruta, precioso recorrido y pista muy llevadera para el desnivel que se asciende.
Hemos tenido suerte con el tiempo. No ha llovido apenas, y tampoco nos ha molestado el calor o el sol.


Esa tarde, después de bañarnos en el río junto al camping, cayó una tormenta tremenda, con granizo de tamaño considerable. Y por la noche igual, pero más tiempo y más intenso. En esos mismos momentos en Benasque, tuvieron que desalojar a un buen grupo de gente que se vio sorprendida por las crecidas de los torrentes que se llevaron tiendas de campaña y demás enseres… Y es que los Pirineos son una cordillera de un tamaño considerable, y sus fenómenos meteorológicos proporcionales…


Cena en Aínsa. Fenomenal.