LA MONTAÑA COMO PASIÓN, COMO ESCENARIO INFINITO SOBRE EL QUE DISFRUTAR INTENSAMENTE DE LA VIDA,
DONDE ESCALAR, ESQUIAR, PEDALEAR, CORRER, CAMINAR...
DONDE LOS AMIGOS, EL ESTILO Y LAS FORMAS CUENTAN, Y MUCHO

sábado, 25 de abril de 2015

Rosa a por el K2

Mi amiga Rosa quiere intentar subir este año a la segunda montaña más alta de la Tierra: el K2.
Rosa es una alpinista muy experimentada, muy fuerte físicamente, pero aún más fuerte mentalmente: tiene un tesón fuera de lo común y lo demuestra cada día.
Su amor por las montañas la ha llevado por todo el Mundo, pero no por eso deja de lado a aquellas en las que comenzó su pasión, las de la Cordillera Cantábrica; todo lo contrario, las recorre infatigable todo el año, ya sea caminando, sobre los esquíes o en bicicleta.
Pero lo mejor de Rosa es sin duda su forma de ser y de estar. Simplemente encantadora.
Ir a Pakistán al K2 supone mucho esfuerzo y dinero. En estos tiempos modernos hay nuevas formas de financiación a pequeña escala que pueden ayudar a hacer realidad los sueños. El crowd funding es una de ellas:
https://vimeo.com/125695906

Animo Rosa!

jueves, 16 de abril de 2015

Los cuatro elementos

Dice la Wikipedia que muchas doctrinas antiguas usaban un grupo de elementos para explicar los patrones en la naturaleza. En este contexto, la palabra elemento se refiere más al estado de la materia (o sea, sólido/tierra, líquido/agua, gas/aire, plasma/fuego) o a las fases de la materia (como en las cinco fases chinas), que a los elementos químicos de la ciencia moderna.



Tales de Mileto propuso como el principio o arché de todas las cosas el agua, después Anaxímenes consideró el aire, Heráclito el fuego y Jenófanes la tierra (Aecio y Sexto Empírico nos transmiten un fragmento (B 27) en el cual Jenófanes dice que la tierra es principio y fin de todas las cosas. Pero Aristóteles había dicho que ningún pensador había atribuido a la tierra el carácter de elemento primordial.). Para Aristóteles el "eter" o quinto elemento es la quintaesencia, razonando que el fuego, la tierra, el agua y el aire eran terrenales y corruptibles, y que las estrellas no podían estar hechas de ninguno de estos elementos, sino de uno diferente, incambiable, y de una substancia celestial. Los pitagóricos utilizaban las letras iniciales de los cinco elementos para nombrar los ángulos de su pentagrama, y los identificaban con los sólidos platónicos.
La teoría de las cuatro raíces de Empédocles (cerca del 450 a. C.) es mencionada por Aristóteles:

El fuego es a la vez caliente y seco
La tierra es a la vez seca y fría
El agua es a la vez fría y húmeda
El aire es a la vez húmedo y caliente




La Peña Santa asomando vigilante

Dicen algunos estudios por ahí que muchos niños de las grandes ciudades no saben que la leche no viene de los tetrabriks del supermercado. Que en su mundo cotidiano de cemento y asfalto, apenas pisan verde.  Que cuando ven vacas de cerca, creen son toros y que embisten (esto no sólo le pasa a los niños, doy fe). Que muchos de ellos tardan años en ver y sentir la nieve.
Sus vidas están muy lejos del contacto directo con la naturaleza.

Yo haré todo lo posible porque a mis niños no les pase esto.

Creo que el contacto con la naturaleza es fundamental para el aprendizaje de lo que somos, para conocer aquello de lo que formamos parte.




Lo llevamos en los genes. Si le das la opción, un niño jamás podrá evitar agarrar un palo, lanzar piedras al agua o por una pendiente, esconderse entre los árboles, pisar la nieve por más que esté fría y le moje, trotar por los prados, hacer montones con hojas secas, meterse en los charcos de agua o de barro… Son juegos básicos.


El Agua es a la vez fría y húmeda

Veo como parte necesaria de nuestra formación el sentir el viento, sufrir al subir las cuestas, notar el escozor de las ortigas,  ver lo muy grande que es un caballo de cerca,  o lo que se agradece el calor de la chimenea cuando es de noche y hace frío.

Todo es mejor en el campo: la misma merienda de casa sabe mejor sentado en un prado de montaña.
Recolectar los frutos silvestres o recoger astillas para encender la chimenea de casa son  verdaderas aventuras.


El Aire es a la vez húmedo y caliente (según, diría yo)


El Fuego es a la vez caliente y seco

La era urbana y digital nos domina. Pocas cosas me desagradan más que ver a un grupo de niños sentados en batería  a la puerta de un bar, cada uno jugando con su Tablet, o móvil, o consola o como quiera que se llame. Ya veo en casa lo difícil que es evitarlo, sin darnos cuenta Javi coge la Tablet o el móvil de su madre, o se sienta al ordenador y busca juegos. Y cuando se lo permitimos simplemente se queda hipnotizado.
Unos días en el pueblo los transforman. Bajar a la calle simplemente por salir al exterior, por estar a su aire, autónomos, por sentirse libres, es un impulso irrefrenable que no pueden evitar. Me encanta verlo.

Los niños tienen que correr, jugar a la pelota, esconderse. Tienen que caerse y hacerse heridas en las rodillas, levantarse llorando y seguir corriendo dos minutos después.


La Tierra es a la vez seca y fría


A última hora de la mañana del sábado, en contra de lo prescrito por el médico y de lo que me dice el sentido común, me puse de corto, me calcé las zapatillas y salí corriendo pista arriba. Últimamente me permito el lujo de correr un rato de vez en cuando. Precisamente debido a lo poco que lo hago, sumado a un par de kilos de más, sufro bastante, especialmente si es cuesta arriba como era el caso. Curva tras curva seguí la desierta pista de Vegabaño, rodeada de ese gran bosque silencioso de hayas y robles, aún desnudos de hoja. Iba concentrado en las pisadas, intentando reducir en la medida de lo posible el impacto a mis articulaciones. A la vez iba disfrutando el paisaje y el aire frío (hoy estábamos por debajo de 5 grados). Iba encantado a pesar del latir de las sienes, del protestar de las piernas y de la respiración acelerada. Al llegar al Mirador de los Porros me di la vuelta cuesta abajo hacia el pueblo.
Apenas fueron cuarenta minutos pero los sufrí y los disfruté a la vez como si hubieran sido muchos más. Por contradictorio que esto suene.

Unos días estupendos en la montaña aprendiendo con los cuatro elementos. Pura Vida.

sábado, 4 de abril de 2015

Corredor de Pilar a Ubiña

Domingo 29 Marzo 2015
Nando del Pozo
Peña Ubiña (2.417 m), Corredor de Pilar

Después de otra semana de tiempo cambiante, frío y nieve, seguidos luego por calentón, el domingo salimos para una rápida de mañana aprovechando las referencias de los amigos: Mon y David hicieron el día antes esta canal, madrugando bastante, de pinchos y sin cuerda sobre buena nieve. La bajada recalentada por el sol. Fer hablaba de lo mismo en “Juego de Lágrimas”, buena nieve para arriba y bajada penosa. Inicialmente iba a venir solo, pero Nando se apuntó a última hora: mucho mejor.
A las siete y media pasadas salimos de Gijón con temperatura alta. Ya en Torrebarrio aún 2 grados positivos con cielo azul y un montón de coches aparcados en la plaza. Metemos por si acaso una cuerda y algunos trastos para asegurar.
Esta entrada al macizo de Ubiña es muy rápida y directa, en una hora escasa desde el pueblo estamos remontando las palas hacia la entrada del corredor. La "Lotus" algo precaria aún se podría hacer.
Nuestra vía de hoy empieza a asomar a continuación: es un corredor tumbado y fácil que va a dar a la arista en lo alto del Pilar Oeste de Ubiña, cerca ya de la cumbre. Subir por sitios nuevos, aunque sea fácil como hoy, siempre motiva.


Con esfuerzo remontamos las cuestas: vamos algo incómodos por las rachas de viento del Oeste.
Arrancamos por la canal pisando muy buena nieve helada. Apenas hay resaltes y avanzamos ligeros. Cuando llevamos un rato, Nando sugiere sacar la cuerda: yo no tengo problema, como siempre me viene bien trastear con el material, montar reuniones, manejo de cuerda…  a partir de ahí vamos haciendo largos y ensamblando algunos tramos.





La temperatura está alta, dentro de la canal, resguardados del viento, se nota calor.


Una vez alcanzada la arista cresteamos unos metros hasta alcanzar un pequeño rápel (destrepable sin problemas) que nos posa en la campa de nieve que ya deja cruzar hacia la normal. Hoy vamos con prisa y no hacemos la cumbre, que aunque está cerca, nos llevaría un tiempo que no tenemos.





Nos tiramos hacia el canalón Sur con cuidado con la nieve, ya más blanda. Cruzamos a un grupo de cuatro que sube, el último de ellos un señor con botas de trekking, sin piolet, ni crampones, ni siquiera un bastón de esquí: una imprudencia en toda regla en el tobogán en el que estamos. Para lo que se ve por ahí, no pasa nada…
Cuando llegamos al coche hace calor: marca veinte grados. Parece que vemos desaparecer la nieve en directo.

Llego a tiempo para comer con la familia y unos amigos: sin duda un día redondo.

Una vez más, una actividad muy sencilla que ha terminado siendo muy disfrutona gracias a la compañía.

Gijón 7:30 h
Torrebarrio 8:40 h
Pie canal 10:00 h
Arista 12:00 h
Torrebarrio 13:40 h
Gijón 14:40 h


Distancia aproximada 7.5 km
Desnivel aproximado 1.200 m