LA MONTAÑA COMO PASIÓN, COMO ESCENARIO INFINITO SOBRE EL QUE DISFRUTAR INTENSAMENTE DE LA VIDA,
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DONDE LOS AMIGOS, EL ESTILO Y LAS FORMAS CUENTAN, Y MUCHO

lunes, 25 de febrero de 2013

La Era del Microentreno


Uno es uno y sus circunstancias. 
Sucede que en estos momentos tengo dos circunstancias claramente prioritarias, una de tres años y medio y otra de siete meses, y de lunes a jueves no tengo apenas tiempo para entrenar. 
Hay que adaptarse.

Lunes 25 de Febrero
13:00 h:
Bloqueo el ordenador, me levanto de mi sitio, bajo al parking, cojo el coche y conduzco hasta la Morgal.
13:15 h:
Salgo cambiado del vestuario y aquí empieza la sesión: de camino al tendejón de la bolera, mi lugar de entreno, ya voy agitando los brazos adelante, atrás y lateralmente, calentando los hombros. Hoy hace frío y todo está mojado, cinco grados marcaba el coche.
Al llegar, por un par de minutos más continúo estirando la espalda, los hombros, los antebrazos y algo las piernas.
13:20 h:
Primera suspensión, 1 minuto cuarenta de crono.
Me bajo y hago la primera serie de abdominales: 30 repeticiones de clásicos de frente.
Un minuto de estiramientos variados de piernas mientras recupero el aliento.
Primera serie de tracciones: 12 repeticiones clásicas de frente.
13:25 h:
Un minuto de estiramientos variados de piernas, abductores, apertura lateral (soy de madera).
Segunda serie de abdominales: ahora oblicuos, 20 repeticiones de cada lado.
Un minuto de estiramientos de piernas mientras recupero el aliento.
Serie de tracciones oblicuas con piernas apoyadas: 20 repeticiones.
Un minuto de estiramientos de piernas mientras recupero el aliento.
13:30 h:
Segunda suspensión: 1 minuto cuarenta de crono. Más o menos bien..
Serie de sentadillas clásicas: veinticinco repeticiones.
Un minuto de estiramientos variados de piernas mientras recupero el aliento.
Segunda serie de tracciones: 12 repeticiones de trasnucas clásicas.
Un minuto de estiramientos variados de piernas, abductores, apertura lateral (aún soy de madera).
13:35 h:
Serie de planchas clásicas, 30 repeticiones.
Un minuto de estiramientos variados de piernas mientras recupero el aliento.
Tercera suspensión: 1 minuto cuarenta de crono. Se hace larga, los antebrazos arden.
Serie de abdominales: tijeras arriba y abajo x 40 y seguidas tijeras horizontales x 40. Bufando.
Un minuto de estiramientos variados de piernas mientras recupero el aliento.
Tercera serie de tracciones: 12 repeticiones de biceps clásicas.
13:40 h:
Se acabó, algo congestionado camino al vestuario voy soltando un poco antebrazos y hombros.
13:50 h:
Duchado a toda leche llego al coche, engullo a toda velocidad la comida y conduzco hasta la oficina.
14:05 h:
Aparco. Entro en la oficina y a currar. ¡Y con un canto en los dientes!

Veinticinco minutos de entrenamiento condensado. Pasado mañana, con variaciones mínimas (más de pierna si me noto cansado de brazos), repetiré sesión. Así llevo unos cuantos meses.
Suerte que en la Morgal tengo vistas a la Cordillera, y si los busco, también a los Picos, y eso motiva.
Estoy inmerso en la Era del Microentreno: sé que vivo de rentas e intento estirarlas lo máximo posible. 
Hay quien me dice que así no merece la pena, que es demasiado poco tiempo. Es lo que hay: o esto, o nada. Será que no me organizo…

miércoles, 13 de febrero de 2013

Barro, resina y algo de polvo blanco

Resignación.
Otra semana más y comienza con la misma perspectiva. Ya casi he perdido la cuenta. Desde fin de año estamos metidos en una nube casi permanente. Siempre defiendo que las estaciones me gustan marcadas, que en invierno tiene que hacer frío y mal tiempo. Pues este año se está cumpliendo.
En su día, el anuncio me gustó mucho. Se desarrollaba en un típico bareto de carretera yankee. Dentro, los parroquianos con sobrepeso y gorra visera, agarrados a su cerveza o a una taza de café aguado, miraban desaprobadoramente al exterior: no sé si eran uno o dos los fulanos que pasaban corriendo. La secuencia se repetía por estaciones. Invierno, ventisca y súper nevada y los tipos fuera corriendo. Primavera con tromba de agua y los tipos corriendo. Verano, calorazo aplastante y los tipos corriendo. Otoño de viento tremendo, fuera los tipos corriendo. Los de publicidad de Nike que son muy finos decían, "nos llaman locos, pero son ellos los que están encerrados...".
Lo he buscado en youtube sin éxito.
A falta de opciones para escalar, el rocódromo vuelve de forma moderada a mis costumbres después de un largo periodo en el olvido (hasta había perdido el carnet). Al tacto de la resina, que tiene su encanto, el cuerpo recupera sensaciones y va echando el óxido fuera.
Con pocos cartuchos para gastar y queriendo usarlos para escalar, uno economiza al máximo, pero todo tiene un límite...
Pues eso. Que al mal tiempo buena cara.

Nando el domingo en una tregua de la nube, cinco minutos después diluviaba
También y como los del anuncio, haciendo caso omiso a las señales del cielo, de la familia y hasta de los vecinos, la bicicleta salvadora me permite meterme mis pequeños chutes de aire libre entre los largos periodos de vida indoor. Como el pasado domingo, Nando siempre está dispuesto: arrancamos delante de su casa bajo una densa cortina de lluvia y nos preguntamos retóricamente si seremos "los únicos mongoles en bicicleta con este tiempo". Circuito Monte Deva, entre quinientos y seiscientos metros de desnivel acumulado, veinticuatro kilómetros, dos horas. Llegar a casa empapado, entumecido de frío, lejos de cansarme me recarga las baterías. No vimos a nadie más.


Del mismo modo, y tras la última gran nevada en cotas bajas, aprovecho para dejar que el frío me azote el cuerpo: los casi 900 metros de desnivel del Angliru desde Viapará son una buena opción cerca de casa. Muy mala previsión meteorológica. Nieve muy húmeda y pesada en la primera parte y más suelta por arriba. Tres horas foqueando bajo la nevada, y con rachas de viento en la parte alta.

Luque a contrapelo

Somos los primeros del día, abriendo huella trabajosamente. Al bajar cruzamos ya a bastante gente.
Nos equivocamos de pala y después de unos estupendos giros (mucho más disfrutados por Luque que por mí) tenemos que volver a poner pieles y remontar otra vez unos ciento cincuenta metros...


No me queda más que afrontar este periodo de mal tiempo con resignación, barro, resina, y si se puede con algo de polvo blanco... Afortunadamente siempre hay algún amigo dispuesto a apuntarse a estas escapadas.