LA MONTAÑA COMO PASIÓN, COMO ESCENARIO INFINITO SOBRE EL QUE DISFRUTAR INTENSAMENTE DE LA VIDA,
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DONDE LOS AMIGOS, EL ESTILO Y LAS FORMAS CUENTAN, Y MUCHO

martes, 11 de septiembre de 2012

Intento frustrado y premio de consolación

Lunes 3 Septiembre
Martín Moriyón
Horcados Rojos, cara Sur, intento a "Chico Problemático"
Hombro Bustamante, combinación "Dopamina" y "Palacio de Invierno"

"Tira tú, que a mí me da la risa"



Madrugamos lo correcto para llegar a coger la primera cabina del teleférico. Ya estamos en septiembre, es lunes y se nota: vamos sólo nosotros dos con el personal de Cantur que curra arriba. Nada más salir del Cable, el paisaje nos recibe espectacular: entre jirones de niebla se adivinan los perfiles radicales de Tajahierro y la Peña Olvidada, luego cresteando hasta Peña Vieja, y más al fondo, erizadas aristas de Santa Ana y Horcados. Esta entrada a los Picos es tremenda.



La aproximación fue rápida, y en hora y cuarto estábamos en el vivac en la base de la pared. Entre que echamos un trago, comemos algo y nos preparamos, son las once menos cuarto cuando empezamos a escalar.






Llevamos un croquis de Miguel en tamaño A4, de los que te marca todo: los seguros, las formas de la roca, los grados, la exposición, calidad total. La escalada “a vista” está algo comprometida con tanta información, pero en el monte da gusto llevar este comparado con cualquier otro de una guía, incluso de la suya propia: no tiene nada que ver, pero es normal, el espacio del papel en las guías no da para tanto.






La tapia se levanta tiesa desde el primer metro: mientras aseguro a Martín en el primer largo, flexión completa de cuello, mirando hacia arriba con el casco haciendo tope en la mochila, observo varias franjas de techos, algunos de ellos son grandes para las dimensiones de la pared. Estamos a la sombra y aún hace fresco. A Martín le lleva su tiempo, pero resuelve sin problemas. 




En el segundo largo yo tuve que pensármelo ya en su inicio; una sección de V sobre roca dudosa con poca posibilidad de protección, y luego, unos veinte metros más arriba, pararme a enfriar la cabeza y oxigenar los brazos en el segundo clavo, después de una secuencia plaquera de 6a+ y antes del atlético dúlfer que da salida a la reunión, y que marca V+ en el croquis (bien me fastidió tener que reposar, aunque tampoco sé si aquello será V+). Aquí la roca ya es excelente.








Llevamos dos largos y ahora viene el clave de la vía. Los superados hasta ahora nos han colocado en situación: el grado apretado, los seguros justos y la pared tiesa. La roca ahora es perfecta. Martín ya lleva un buen rato pensando: a unos diez metros de mí, soltando brazos y alternando apoyos de pies para relajar los gemelos. 








Lleva como diez minutos en el sitio: está como algo más de un metro por encima y tres metros a la izquierda del segundo de los dos clavos del inicio del largo, donde ya ha superado el primer paso de 6b. Ahora tiene delante una buena tirada hasta el primer spit: son unos cuatro metros de placa con muy buena adherencia pero con cantos poco evidentes. Su mirada alterna entre lo que tiene por delante y el clavo que dejó atrás, sopesando los movimientos a realizar con el potencial vuelo pendular. Por debajo de él la pared ya va tiesa, y quizá tuviera suerte y no se hiciera daño, pero es seguro una caída larga. Prueba y retrocede probando varias opciones, distintas combinaciones de presas, a la derecha, a la izquierda, se levanta un metro, destrepa, mira arriba, mira abajo…






Yo sé lo que hay: en 1998, con Estivi, hice de primero este largo (junto con los dos anteriores y con el siguiente) hasta que nos tuvimos que retirar desde el penúltimo largo por prescripción facultativa, después de que una rotura de un canto me lanzara al aire a un vuelo considerable: como dice Miguel, de los de afiliarse al Sepla. No pasó nada grave para lo que pudo ser, pero esto es otra historia. 

Le doy el único consejo que entiendo procede: cabeza fría, tanto para arriba como para abajo. La decisión es suya, sin presión.
Finalmente se impone la retirada por hoy: Martín no lo ve claro, y a mí hoy me da la risa si tengo que tirar yo...
Es un paso (o unos pasos) de fe. Si se hubiera levantado ese metro, estoy casi seguro de que habríamos hecho la vía. No pasa nada, si llevo desde el 98 con ella pendiente, puedo seguir un poco más…
Una retirada a tiempo siempre es una victoria.
Martín destrepa en libre, con delicadeza y elegancia, la sección de 6b previamente escalada.
Rapelamos los dos aéreos largos que hemos hecho y cuando tocamos suelo vemos que ya son las tres de la tarde: increíble cómo se nos ha ido el día… Pensamos rápido las opciones para el resto de tarde: con todas las vías que tenemos alrededor es difícil elegir: Maraya, la clásica Sur de Horcados, o algo en Santa Ana. No tenemos croquis porque dejamos la guía abajo para aligerar (error): finalmente nos vamos al pilar del hombro de la Bustamante, donde hay varias vías buenísimas: “Dopamina” o “Palacio de Invierno” entre ellas, que yo he hecho varias veces y creo que recordaré cómo van.



Cruzamos rápidos la gravera y nos plantamos en el pie del pilar. Empiezo yo por el zócalo inicial, sin tener muy claro en qué vía estoy, sin ningún seguro fijo de referencia, y sobre roca de calidad regular estiro unos cincuenta metros en V hasta la primera reunión: estamos en la “Dopamina”: unos diez metros a la izquierda veo la reunión dos de “Palacio”. Por encima de mí se levanta el súper estético largo de fisura perfecta hasta donde corta con el cielo. Martín llega veloz y arranca a por esta joya.








Los gritos de entusiasmo me llegan cada poco: está disfrutando como un enano, la calidad de la escalada es muy alta. Colocando muy buenos seguros recorre el atlético largo de 6a+ hasta la reunión. Salgo yo de segundo y aunque sufro bastante, a la vez me doy cuenta de lo buenísima que es la escalada.






Al llegar a la reunión reconozco que estamos en el cruce con la “Palacio de Invierno” y que el largo que tenemos encima es el mejor de esta, un muro espectacular que ya he hecho de primero unas tres veces, así que le digo a Martín que tire de nuevo delante y que lo disfrute (yo voy para el arrastre). De nuevo, sus gritos de admiración me van llegando cada poco: es simplemente una pasada.








Le sigo de nuevo, y con una buena inflada por mi parte nos reunimos en la reunión final del hombro y miramos el reloj: las cinco y cuarto: hemos escalado rápido ahora, pero es tarde y debemos dejarlo por hoy. Iniciamos rápeles.


Triste que bajaba el chaval

Al llegar al suelo, mientras recogemos y comemos, le voy comentando sobre otras tantas vías excelentes que nos rodean, en las paredes y agujas alrededor, muchas de ellas abiertas por Javi y Cholo, Churra, Eduardo, Miguel, Rafa, Agustín… Un mundo de escaladas de calidad en el paisaje mágico de los Picos.
Disfrutamos la bajada hasta el Cable a ratos hablando, a ratos callados. Vamos solos, no hay nadie más.


Línea de sol sobre el trazado de "Chico problemático"





Un intento frustrado a una vía de nivel, pero quizá en esta ocasión yo no mereciera "tachar" tan fácilmente mi séptima vía en esta pared. Para Martín es sin duda una buena toma de contacto con las vías con firma Sáenz.
Un premio de consolación de categoría: gran experiencia disfrutar de los excelentes largos de "Dopamina" y "Palacio", que para mí, no por repetidas pierden encanto, y para el gallo, a vista, placer total.

En conclusión, un excelente día en el monte a pesar de la retirada: que no todo va a ser triunfar…


Referencia
“Chico Problemático”, Sur Horcados Rojos, 230 metros, 6b (expo)
Combinación “Dopamina” – “Palacio de Invierno”, Hombro Bustamante, 150 metros, 6a+.

Los croquis e información completa en "Escalada en Roca en los Picos de Europa" de Angel Bengoechea y Miguel Rodríguez.

Gijón 6:00 h
Fuente De 8:30 h Fuente De superior 9:10 h
Pie de Horcados 10:25h
Inicio escalada “Chico” 11:00 h
Retirada y rapel 15:00 h
Inicio “Dopamina” 15:45 h
Fin “Palacio Invierno” 17:15 h
Fuente De 19: 40 h
Gijón 22:00 h